#Perfil | Amor, gratitud y servicio a la educación, son las cualidades que definen a Nilfa Lalangui Agila, destacada maestra que consagró su vida por más de 48 años a la educación paltense.
Es reconocida por sus alumnos como un digno legado en las presentes y futuras generaciones, notable maestra que goza de un cariño especial por su destacada trayectoria como docente parvularia. Estas cualidades singulares le han permitido ser merecedora del respeto y eterna gratitud de sus parvulitos como llama cariñosamente a sus estudiantes.
Su niñez y juventud estuvo llena de momentos felices compartidos junto a sus seis hermanos del hogar conformado por Manuel Ignacio Lalangui Morí y Zoila Rosa Agila Pitizaca. Desde muy niña sus padres le inculcaron el amor al prójimo y el valor del trabajo, constituyéndose su familia en su ejemplo de vida.
Sus estudios primarios los realizó en la Escuela Jacobo Roussea, secundarios en el Colegio Nacional Adolfo Jurado González, actualmente, Colegio Experimental Paltas. Abrigando en su corazón y mente nos comenta inolvidables recuerdos de sus amigos más cercanos.
En su anhelo de superación personal y profesional decide estudiar la Carrera de Educación Básica, ingresando al Normal Experimental “Leónidas García” en la ciudad de Guayaquil y posterior a ello a la Universidad Nacional de Loja, culminando con éxito y sacrificio su profesión. Mantener un espíritu humanista le permitió servir de forma gratuita en respetables instituciones públicas como la Cámara de Comercio y Sindicato de Choferes de Paltas, predominando su predisposición en la gestión de crear la Escuela de Choferes Profesionales del cantón.
Su adhesión por la educación le abrió diversos caminos de aprendizaje y experiencia, destacándose como una excelente maestra, iniciando sus labores un año en el área particular. Después formó parte de recordadas e importantes instituciones educativas, entre ellas, la Escuela Lastenia Valdivieso Alvarado donde inició sus labores como educadora en el año de 1966. Años más tarde ingresó como docente parvularia en el Centro de Educación Inicial su Majestad El Niño, desempeñando con paciencia y profesionalismo un extraordinario trabajo de parvularia hasta su jubilación.
Luego de 47 años al servicio de la educación paltense, decide jubilarse para dedicarse de lleno a disfrutar del calor de su amada familia, en especial de su hijo Danny Bladimir a quien educó con calidez y rectitud. Él le dio el privilegio de ser abuelita de un joven muy noble como ella considera a su nieto Jhon Jayro.
La maestra Nilfa siempre será recordada por su humanismo y notoria trayectoria educativa, evocando memorias maravillosas de una persona de carácter y paciencia particular al educar con amor a sus estudiantes, quienes inmortalizan su carismática personalidad.
“Mi mayor emoción y deber cumplido es ver convertidos a mis alumnos en profesionales exitosos, pero sobre todo personas de bien al servicio de la sociedad. Saber que el camino de enseñanza fue el correcto en su preparación. Soy una mujer humanista de actuar sencillo, con profundo amor y agradecimiento a Dios, nuestra buena Madre del Cielo, familia y amigos por tan lindos sentimientos de nobleza y estima”.