Leonela Díaz Mora: Turismo con propósito, maternidad con amor

Desde el cantón Celica, en la provincia de Loja, emerge una historia de equilibrio, pasión y vocación: la de Leonela Díaz Mora, profesional en Hotelería y Gestión Turística, y madre de una niña de 10 años que se ha convertido en su principal fuente de inspiración y motor para seguir adelante.

Una vida entre rutas, cultura y abrazos

El mundo del turismo no conoce horarios fijos. Son días de atención continua, de trabajo durante fines de semana, feriados y temporadas altas. Para Leonela, ese ritmo exigente ha sido compatible con su rol como madre gracias a una fórmula clara: organización, pasión y apoyo familiar. “Combinar esta actividad con la crianza ha sido un verdadero reto, pero también una fuente de motivación”, explica.

Gracias a herramientas digitales, planificación constante y la colaboración de su red cercana, ha logrado equilibrar sus jornadas laborales sin perder los momentos esenciales con su hija. “Ella también se siente parte de mi trabajo, le comparto mis viajes, mis proyectos. De alguna manera, también le hago parte del viaje”, cuenta sonriendo.

Un amor por Ecuador que se volvió vocación

Desde niña, Leonela sintió una conexión especial con la riqueza natural y cultural de su país. Su familia, aunque no dedicada directamente al turismo, le transmitió el valor de los viajes, la importancia de conocer otras culturas y el orgullo por el patrimonio nacional. Así nació su vocación.

Estudiar Turismo y Hotelería no fue solo una carrera universitaria para ella, sino un proyecto de vida con propósito. “Quería conectar mi vocación de servicio con un objetivo social. El turismo puede transformar comunidades si se lo hace con responsabilidad”, asegura.

Maternidad transformadora

Para Leonela, ser madre ha sido la experiencia más profunda que ha vivido. “Es entrega, paciencia y amor incondicional”, dice. La maternidad no solo la ha cambiado como persona, también ha fortalecido su compromiso profesional: quiere ser un ejemplo de esfuerzo y equilibrio para su hija, demostrarle que los sueños se alcanzan con pasión, sin descuidar el corazón de todo: la familia.

Pequeños momentos, grandes memorias

Aunque viaja y trabaja intensamente, lo que más disfruta Leonela son los momentos cotidianos: leer con su hija, cocinar, ver películas o simplemente caminar juntas conversando. También ama viajar en familia, aunque sea cerca de casa. “Ver el mundo a través de sus ojos es un regalo”, expresa.

El orgullo de estar presente

Lo más gratificante, dice, ha sido acompañarla en cada pequeño logro. Desde los primeros pasos hasta las presentaciones escolares, estar ahí ha sido su mayor triunfo. “Verla crecer feliz, sana y con valores sólidos es mi mayor recompensa como madre.”

Mirando al futuro: con propósito y corazón

Leonela se imagina en el futuro como una madre aún más presente, acompañando a su hija en cada paso importante. Y como profesional, sueña con seguir impulsando el turismo sostenible, formar a jóvenes y mujeres que deseen emprender y representar al Ecuador con una mirada humana en escenarios internacionales.

Su historia es un testimonio de que sí se puede: trabajar con propósito, ser madre con amor y construir, día a día, un legado de valores y sueños cumplidos.

Leonela Díaz Mora es, sin duda, una de esas madres que inspiran.

 

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