LYAN AZANZA: EL PEQUEÑO LOJANO QUE ENCONTRÓ SU RUMBO SOBRE DOS RUEDAS

En el mundo del deporte, las grandes historias no siempre comienzan en una pista profesional, sino en los pequeños pasos —o pedaleos— de quienes encuentran en la actividad física una forma de vida. Ese es el caso de Lyan Geovanny Azanza Tapia, un niño lojano que, a su corta edad, se ha convertido en un ejemplo de superación, disciplina y amor por el deporte.

Cuando nació, Lyan tuvo que permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) debido a complicaciones médicas. Con el paso del tiempo, tras múltiples evaluaciones de especialistas, fue diagnosticado con espectro autista. Desde entonces, su familia ha recorrido junto a él un camino de terapias y acompañamiento, donde el deporte se ha convertido en una herramienta fundamental para su desarrollo.

Una bicicleta que cambió su vida

Todo comenzó con un regalo: una bicicleta sin pedales, conocida como walkbike o “caballito de acero”. Lo que parecía un simple juguete se transformó en una pasión. Con ella, Lyan empezó a trabajar su equilibrio, coordinación y concentración, además de fortalecer su mente y cuerpo.

Hoy, tras un año de práctica constante, este pequeño deportista ha demostrado que no existen límites cuando la perseverancia se convierte en compañera.

Triunfos sobre la pista

El 2024 marcó un año clave en su crecimiento deportivo. Lyan se coronó Vicecampeón Provincial del Azuay, Vicecampeón Parroquial 2024 y logró segundo lugar en Machala. En 2025, sus logros continuaron: segundo y tercer lugar en Gualaquiza, segundo lugar en Zamora, cuarto lugar en Machala, y primer lugar en Cuenca.

Estos resultados lo llevaron a competir en las válidas provinciales del Azuay, donde recientemente se proclamó Campeón Provincial, consolidándose entre los primeros lugares a nivel nacional.

Su esfuerzo lo llevará ahora a participar en la gran final nacional, que se realizará el viernes 14 de noviembre de 2025, un evento que reunirá a los mejores exponentes del walkbike ecuatoriano.

Entrenamiento y disciplina diaria

Lyan entrena de lunes a viernes en la Escuela de Preparación CARPES Loja, bajo la guía del profesor Israel Guarnizo, quien ha sido un pilar clave en su desarrollo. Con paciencia y dedicación, el entrenador ha potenciado las habilidades del pequeño, convirtiendo cada sesión en un espacio de aprendizaje, diversión y confianza.

Durante la semana, Lyan combina sus entrenamientos con juegos y actividades al aire libre. Su bicicleta sin pedales es más que un instrumento deportivo: es una herramienta terapéutica que refuerza su estabilidad emocional, su coordinación y su alegría de vivir.

El amor y apoyo de su familia ❤️

Detrás de cada medalla hay una historia de amor incondicional. Sus padres han estado presentes en cada práctica, competencia y caída, celebrando sus triunfos y alentándolo a levantarse cada vez que es necesario. Su acompañamiento constante ha sido clave para que Lyan disfrute del deporte, se sienta seguro y siga soñando con llegar más lejos.

Un futuro prometedor

Con apenas unos años de edad, Lyan ya inspira a muchos con su energía, entusiasmo y determinación. Sueña con representar algún día a Ecuador fuera del país, llevando consigo no solo una bicicleta, sino una historia de vida que demuestra que el deporte puede transformar el alma y abrir caminos de esperanza.

“Esperamos llegar muy lejos y poder viajar fuera del país”, dice su familia con orgullo, convencida de que este pequeño campeón apenas está comenzando su recorrido.

Lyan Azanza no solo compite para ganar, compite para vivir, crecer y demostrar que los sueños se conquistan sobre dos ruedas.

1 thought on “LYAN AZANZA: EL PEQUEÑO LOJANO QUE ENCONTRÓ SU RUMBO SOBRE DOS RUEDAS

  1. Muchas gracias por el espacio brindado, es una alegría inmensa ver cada paso que da lyan, muchas gracias

Responder a Mónica Elizabeth Tapia Guachisaca Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *