La enfermera de corazón firme que encontró en la maternidad su mayor propósito

Elaborado por Domenica Tandazo

Paltas, Loja – Hay historias que inspiran desde el silencio cotidiano, desde los actos sencillos llenos de amor, desde la entrega constante a los demás. Así es la vida de María Lourdes Becerra González, una mujer nacida en el cantón Paltas, en la provincia de Loja, madre de dos hijos y licenciada en enfermería. Su historia es una lección de vocación, gratitud y maternidad entregada.

Desde niña, María Lourdes supo que su destino estaría entre batas blancas y cuidados médicos. La chispa que encendió su vocación nació cuando fue internada en un hospital siendo aún pequeña. “Ver cómo me cuidaban las enfermeras, cómo atendían a los otros niños, me marcó. Desde entonces, decidí que yo también quería estar al servicio de los demás, como ellas”, recuerda.

Hoy, ya convertida en enfermera, su vida gira en torno a dos grandes pilares: su profesión y su familia. Después de cada turno —muchas veces largos y exigentes— no busca descanso inmediato, sino momentos de calidad con sus hijos. “El tiempo en casa es sagrado. Aprovecho cada segundo para compartir con ellos, ya sea cocinando, jugando o simplemente conversando”, dice con una sonrisa que delata su orgullo de madre.

Para María Lourdes, ser madre es el regalo más grande que Dios le pudo dar. Sus hijos no solo son su alegría diaria, sino también su mayor motivación. “Disfruto cada una de sus ocurrencias, su compañía, ver cómo cumplen sus metas. No hay mayor satisfacción que verlos crecer como personas de bien”.

Lejos de aspiraciones materiales, su anhelo para el futuro es simple pero profundo: estar presente en cada logro de sus hijos. “Quiero verlos alcanzar todo lo que se propongan, y acompañarlos en cada paso. Ser su apoyo, su guía, su refugio”, asegura con emoción.

En lo profesional, tiene claro que su misión va más allá de aplicar conocimientos clínicos: es brindar atención con amor, humildad y ética. “Mientras Dios me preste vida y salud, seguiré haciendo mi trabajo con entrega. Porque para mí, ser enfermera no es solo una carrera, es un compromiso con el prójimo”.

María Lourdes Becerra encarna el espíritu de miles de mujeres ecuatorianas que combinan la vocación profesional con la fuerza transformadora de la maternidad. Su historia es un recordatorio de que el amor, cuando se entrega con generosidad, deja huellas imborrables.

 

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