En el corazón de Loja, ciudad conocida por su riqueza cultural y su espíritu emprendedor, destaca un joven profesional que ha dedicado su vida a la defensa de quienes más lo necesitan. Henrry Salinas Valverde, con 34 años de edad, ha consolidado su carrera como abogado en libre ejercicio, impulsado por un profundo deseo de luchar contra las injusticias que, según él, afectan a muchos ecuatorianos.
Graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Loja, Henrry encontró en esta profesión una forma de canalizar su frustración ante las desigualdades sociales. “Estudié Derecho porque me motivó la injusticia que existe en nuestro país. Sentí que podía marcar una diferencia desde mi trabajo”, comenta con determinación.
Con siete años de ejercicio profesional, Henrry ha vivido de cerca las alegrías y dificultades de su labor. Entre los momentos más gratificantes de su carrera, destaca el haber defendido a personas de escasos recursos sin cobrar honorarios. “Ver la alegría en sus rostros cuando logran justicia es invaluable”, afirma. No obstante, también ha enfrentado la desilusión de ver a personas inocentes ser condenadas a pesar de las pruebas que demostraban su inocencia.
Más allá de los tribunales, Henrry lleva una vida llena de pasiones que complementan su trabajo. Le gusta cocinar, leer y escuchar música, actividades que encuentra reconfortantes en medio de la exigencia de su profesión. Cuando se le pregunta sobre sus planes a futuro, señala que le gustaría seguir trabajando en el sector público o emprender un proyecto propio que permita ampliar el alcance de su ayuda a la comunidad.
Su mayor motivación para seguir adelante proviene de su círculo más cercano. “Mis padres y mi novia son mi motor. Ellos me dan fuerzas para continuar, incluso en los momentos más difíciles”, confiesa.
Henrry Salinas Valverde es más que un abogado; es un ejemplo de cómo el compromiso, la empatía y la vocación pueden transformar vidas. Para contactarlo, está disponible al número 0962865863 o en Facebook como Henrry Salinas Valverde. Sin duda, su historia es un recordatorio de que la justicia no solo se ejerce en los tribunales, sino también desde el corazón.