Fernando Paul Carpio Toledo: una vida dedicada a la justicia, la docencia y el servicio social

En la ciudad de Loja, entre expedientes judiciales, libros de derecho y causas sociales, se forja la historia profesional y personal de Fernando Paul Carpio Toledo, un abogado de 48 años, nacido en el cantón Quito, provincia de Pichincha, que ha convertido su vocación por la justicia en una herramienta de transformación social.

Graduado como abogado por la Universidad Nacional de Loja (UNL), con una maestría en Derecho Constitucional por la Universidad Estatal Península de Santa Elena (UPSE) y una especialización por la Universidad Andina Simón Bolívar, Carpio ha demostrado que la constancia, la ética y la pasión por el conocimiento son pilares esenciales en su camino.

Desde sus primeros años de formación en la Escuela Miguel Riofrío y el Colegio Bernardo Valdivieso, Fernando ya destacaba por su entrega. Su paso por la universidad lo recuerda como una etapa intensa, donde siempre se mantuvo entre los mejores estudiantes. «Siempre fui disciplinado, amante del estudio, de los libros, de la investigación jurídica. Sabía que el derecho era mi camino», comenta con firmeza.

De los derechos humanos a la defensa legal

Su primer acercamiento con el mundo del derecho se dio a través de su trabajo en derechos humanos, influenciado profundamente por su madre, quien soñaba con ser abogada, pero no pudo ejercer esa carrera. «Ella fue mi inspiración. A través de mí, ella también cumplió ese anhelo», afirma emocionado.

Este impulso lo llevó a asumir importantes responsabilidades, como la presidencia de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos en Loja, la dirección de proyectos de formación estudiantil en derechos humanos y su participación en la histórica Asamblea Constituyente de 2008, en Montecristi. “Fue una experiencia única que me permitió ver de cerca cómo se construyen los cimientos de un país”, recuerda.

Además, ha sido docente universitario en la carrera de Derecho de la UNL, y ha ejercido como abogado de empresas del sector bancario y asegurador. Sin embargo, su mayor orgullo está en el libre ejercicio de la profesión, que ha mantenido durante 18 años en Loja, defendiendo casos con ética, estudio y compromiso.

Justicia como principio, no como pantalla

Carpio es un defensor del derecho como medio para alcanzar justicia real y no como un instrumento para alimentar el ego o intereses particulares. Por ello, critica abiertamente a quienes ejercen la profesión de manera superficial. “Me disgusta ver colegas que solo buscan la pantalla y no comprenden la verdadera esencia del derecho”, expresa.

En su trayectoria, ha logrado que apenas un 20% de los procesos en los que ha intervenido como defensor hayan terminado en contra de sus representados. Recuerda con una sonrisa su primer caso, cuando el secretario de la corte le preguntó: “¿Y su abogado?”, sin imaginar que él mismo ya lo era.

Sin embargo, no todo ha sido fácil. Denuncia que algunos jueces “tratan con descortesía” a los abogados, desconociendo el valor de su labor en la justicia. A pesar de esos tropiezos, Fernando mantiene intacta su vocación. «Me gusta estar en las audiencias, estudiando casos, defendiendo, buscando siempre una salida justa», afirma.

Más allá del derecho

En su vida personal, Carpio es un apasionado de la lectura, del ciclismo y del contacto con la naturaleza. Disfruta pasar tiempo en espacios agrícolas, rodeado del medio ambiente, y valora profundamente a su familia, con quien comparte la mayor parte de su tiempo libre.

Su amor por los viajes lo ha llevado a recorrer países como Perú, Colombia, Argentina y Estados Unidos. «Viajar es una forma de entender otras culturas, otras formas de vida, y también otra forma de justicia», reflexiona.

Uno de los momentos más gratificantes de su carrera fue haber contribuido como voluntario en la creación de la primera línea de taxis ejecutivos para personas con discapacidad en Loja. “No hay mejor pago que saber que tu conocimiento sirvió para mejorar la vida de otros”, asegura.

Presente y futuro

Actualmente, divide su tiempo entre las oficinas de «Soluciones Legales» y «Lex Firm», ubicadas en el centro de Loja. Su proyección es clara: seguir en el libre ejercicio hasta que el cuerpo y la mente lo permitan, o regresar a la academia para formar nuevas generaciones de abogados comprometidos.

Fernando Paul Carpio Toledo es, sin duda, un referente ético en la abogacía lojana. Un hombre que ha encontrado en el derecho no solo una profesión, sino una misión de vida.

Contacto:
0987177929 / 072579255
fertathu@yahoo.es
Oficinas:

  • Edificio Horizontes (José Antonio Eguiguren y 18 de Noviembre)

  • Edificio Guayacán (José Antonio Eguiguren y Bernardo Valdivieso, esquina)

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